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Mis rodillas truenan, ¿Eso es malo?
Los sonidos en las rodillas, como chasquidos, tronidos o chirridos, son una ocurrencia común, y en muchos casos algo totalmente benigno. La principal razón para este sonido cotidiano es un fenómeno llamado cavitación articular; este ocurre cuando pequeñas burbujas que se encuentran naturalmente en el fluido sinovial, el cual lubrica las articulaciones, colapsan rápidamente causando un sonido audible, esto también causa el conocido sonido al tronarse los dedos. Otra causa común son los movimientos de tendones y ligamentos al moverse sobre las estructuras óseas durante la flexión o extensión de las rodillas. Para la mayoría de las personas, estos sonidos no están acompañados de dolor y son una parte normal de la función articular.
Sin embargo, cuando estos ruidos están acompañados de dolor, inflamación o inestabilidad, pueden ser síntomas de algún problema más severo. Si tu rodilla hace un crujido al moverse, conocido como crepitación, podría ser una señal de alerta para una condición degenerativa como la artrosis. Esto indica que el cartílago que protege se está desgastando, causando que los huesos rocen unos con otros. Un chasquido fuerte y súbito que sucede al momento de alguna lesión, generalmente seguido de dolor considerable y debilidad, puede causado por daño a los ligamentos, como una ruptura de ligamento cruzado anterior (LCA). De manera similar, crujidos dolorosos o una sensación de atrapamiento pueden aparecer como resultado de una lesión o daño en los meniscos, lo cual afecta el cartílago en la rodilla que se encarga de absorber impactos.
Es crucial estar atento a tu cuerpo y no tomarse estos sonidos a la ligera. Mientras que un simple chasquido no es algo de lo que preocuparse, la presencia de dolor, hinchazón o inestabilidad es una señal clara de que se necesita una evaluación médica profesional. Consultar con un ortopedista es la mejor opción para obtener tratamiento apropiado. Estos especialistas pueden dar un diagnóstico apropiado, diferenciando entre sonidos normales en las articulaciones y condiciones severas o lesiones. Un diagnóstico e intervención temprano puede prevenir que el daño progrese, mejorar las posibilidades de recuperación y ayudarle a regresar a una vida activa y sin dolor
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